(Buenos Aires. 21 de junio de 1906
Buenos Aires. 18 de mayo de 1965)
Celia no fue una madre cualquiera.
Al parir a Ernesto...Che Guevara para la prosteridad... se convirtió en
la Madre de todos los que aspiramos a una sociedad con justicia y
libertad, en la que podamos recordar con orgullo y fuerza los
pensamientos de nuestro Comandante que nos siguen inspirando a buscar
los cambios que beneficien a nuestros pueblos.
En 1965, Ernesto combatía en el Congo. Antes de cruzar el lago Tanganica, cuando se enteró de que su
madre estaba muy grave por el cáncer, escribió un texto muy poco conocido que
muestra la intensidad de su relación:
"...Solo sé que tengo una
necesidad física de que aparezca mi madre y yo recline mi cabeza en su
regazo magro, y ella me diga «mi viejo» con una ternura seca y plena, y
sentir en el pelo su mano desmañada, acariciándome a saltos, como un
muñeco de cuerda, como si la ternura le saliera por los ojos y la voz
porque los conductores rotos no la hacen llegar a las extremidades. Y
las manos palpan más que acarician, pero la ternura resbala por fuera y
las rodea y uno se siente tan bien, tan pequeñito y tan fuerte. No es
necesario pedirle perdón; ella lo comprende todo, uno lo sabe cuando
escucha ese «mi viejo»..."
Tomado de Marisa Quezada